Son muchas las personas que sufren pérdidas de audición en todo el mundo y, en infinidad de casos, éstas podrían evitarse manteniendo una serie de cuidados esenciales desde la infancia y, lo que es más importante, evitando realizar acciones que consideramos habituales hoy en día.
1 – Para mantener los oídos sanos y limpios, basta con lavarse en la ducha la cabeza de forma regular, pues el agua que penetra al aclararse es más que suficiente para su limpieza, sin necesidad de ninguna otra acción por nuestra parte. Así, es el propio oído el que tiene la capacidad de limpiarse a sí mismo, en condiciones normales y estando sanos, sin requerir de ayuda externa.
2 – Al salir del baño, sólo hay que secar la oreja suavemente con una toalla o gasa por el pabellón externo, sin apretar ni insistir demasiado en la zona del conducto auditivo (agujero). Tampoco están indicadas las soluciones salinas, gotas o aceites de limpieza auditiva si no las prescribe un profesional de la salud. Las limpiezas por tapones de cera las debe llevar a cabo el médico.
3 – Los cuidados básicos a seguir son sencillos, siendo suficiente el uso de protectores homologados si nos exponemos a fuertes ruidos de manera habitual y evitar los ruidos intensos cerca de la oreja ya que pueden dañar el tímpano (ej. Petardos, música excesivamente alta, disparos…).
4 – Las aguas contaminadas deben evitarse por el riesgo de infección durante el baño si se sumerge la cabeza. En pantanos, lagos y piscinas públicas es frecuente la aparición de otitis por lo que hay que ser precavido y vigilar dónde nos bañamos. Para evitar riesgos, hay que ducharse tras estas inmersiones y procurar mantener el oído seco al salir del agua.
5 – Se recomienda acudir al otorrinolaringólogo, aun sin tener ninguna sintomatología, a partir de los 50 años y realizar revisiones periódicas para detectar posibles problemas que pueden aparecer al ir cumpliendo años.
6 – Existen medicamentos, ya sea en forma de pastillas o de gotas, que pueden afectar el oído por lo que no hay que automedicarse nunca.
7 – Cualquier “anormalidad” detectada en el oído como dolor, sensación de taponamiento, zumbido, disminución de la capacidad de oír, supuración, producción excesiva de cera o tras un traumatismo en la zona, la consulta médica es obligada.

Cinco años de audyo: Creciendo juntos
Este mes, en los centros auditivos audyo, estamos de celebración: ¡Cumplimos cinco años! Un lustro en el que hemos acompañado a cientos de personas en