Aulas más silenciosas, aprendizaje más claro: cómo cuidar la audición desde la infancia

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Con el inicio del curso escolar, padres, docentes y profesionales de la salud tenemos una nueva oportunidad para reflexionar sobre un aspecto esencial, aunque a menudo olvidado, del entorno educativo: la importancia del silencio y del cuidado del oído en el aula.

En audyo, creemos firmemente que oír bien es vivir mejor, y eso comienza desde los primeros años de vida. Un entorno auditivo saludable es clave para el desarrollo del lenguaje, la comprensión y el aprendizaje. Por eso, trabajamos cada día para concienciar sobre los riesgos del ruido y acompañar con soluciones eficaces desde nuestros centros auditivos.

El ruido: un enemigo silencioso del aprendizaje

Con frecuencia se subestima el impacto del ruido en las aulas. Sin embargo, una exposición prolongada a niveles elevados de ruido puede afectar la atención, la comprensión verbal y el rendimiento escolar. Esto resulta especialmente crítico en los primeros niveles educativos, donde los niños están aprendiendo a leer y escribir, y dependen de una audición clara y precisa.

La mala acústica, la reverberación, los ruidos constantes o externos —como los del pasillo, el patio o incluso el de un objeto que cae al suelo— pueden interferir con la discriminación auditiva, generando confusión entre palabras y dificultando la comprensión del mensaje del profesorado

La reverberación: cuando el aula “habla demasiado”

Uno de los efectos más frecuentes en espacios mal acondicionados es la reverberación, que ocurre cuando el sonido rebota en superficies duras. El resultado: mensajes duplicados, palabras distorsionadas y un esfuerzo auditivo mayor tanto para el alumnado como para el profesorado. La buena noticia es que existen soluciones sencillas y eficaces que permiten mejorar significativamente este problema.

Pequeños cambios, grandes beneficios

Mejorar la acústica del aula no requiere grandes inversiones. Existen medidas preventivas asequibles y muy efectivas, como:

  • Colocar fieltros en las patas de sillas y mesas.
  • Mantener el mobiliario en buen estado para evitar ruidos innecesarios.
  • Añadir cortinas, persianas o paneles de corcho que absorban el sonido.
  • Utilizar ventanas con doble acristalamiento.
  • Programar los recreos para evitar el solapamiento de ruidos.
  • Y, muy importante, impulsar campañas escolares de sensibilización sobre el ruido.

audyo: acompañando el bienestar auditivo desde la infancia

Desde audyo animamos a centros educativos y familias a tomar conciencia de estos aspectos y a actuar de forma preventiva. Nuestro equipo de profesionales está preparado para asesorarle, realizar revisiones auditivas y detectar a tiempo posibles señales de pérdida auditiva en niños y adolescentes.

Porque cuidar la audición en el aula es cuidar también el futuro: su desarrollo, su confianza y su capacidad de aprender sin barreras.

Educar en el silencio, escuchar con atención, aprender con claridad.